El ajuste morfológico entre algunas flores y sus polinizadores es, en muchos casos, espectacular. Esto da lugar a una de las relaciones mutualistas más bonitas de la naturaleza: la polinización por animales. Las flores ofrecen energético néctar a los visitantes y estos a cambio transportan el polen de unas flores a otras, ayudando a la reproducción de las plantas. Sin embargo, hay visitantes florales que, incapaces de acceder a tan preciada recompensa, optan por realizar una perforación en el tubo de la corola, cerca de donde se encuentra escondido el néctar. Esto suele tener efectos nefastos para la planta. Sin embargo, hay ocasiones en las que la torpeza del ladrón tiene un efecto positivo para la planta…