La humanidad tiende a dar por hecho que sus logros son meramente suyos y que no debe compartir crédito con el mundo natural que le rodea, cuando esa misma creencia no puede estar más lejos de la realidad. Aprendamos como el mundo humano, tal y como lo conocemos, ha sido permitido y sustentado por uno de los grupos de plantas más olvidados: las hierbas poáceas.