En 1905 Albert Einstein asombró al mundo con su conocida teoría de la Relatividad. Pero no fue su única aportación revolucionaria ese mismo año. También publicó la explicación de dos misteriosos fenómenos incomprensibles para la física desde hacía tiempo. Uno de ellos, el movimiento browniano, había sido descrito en 1827 por el biólogo y botánico Robert Brown quien observó cómo pequeñas partículas de polen suspendidas en agua se desplazaban en movimientos aleatorios sin explicación aparente. Einstein dio con la solución. Su teoría significó la demostración de la existencia de los átomos, todavía cuestionada a principios del siglo XX, e inauguró un nuevo campo de la física de gran utilidad, la mecánica estadística.