Existen ciertas plantas que cuando las huelen los gatos, éstos modifican su comportamiento, volviéndose más cariñosos y juguetones. Una de las plantas es el cátnip o hierba gatera y la otra es la valeriana; sus efectos son sorprendentes. Esto se debe a que el cátnip tiene una molécula llamada nepetalactona y la valeriana otra llamada actinidina y estas dos se parecen molecularmente a una feromona felina que interviene en la reproducción, con lo cual, cuando huelan estas plantas, el cerebro creerá que están oliendo la feromona y desencadenará un comportamiento de apareamiento.